El mes de septiembre nos marca el fin de las vacaciones, la vuelta a la rutina y que la tarjeta de crédito se resiente después de los gastos de las vacaciones y todo lo que hay que pagar al inicio de un nuevo curso. Es la conocida cuesta de septiembre.
Si encima le añadimos que las personas que tienen algún tipo de alergia o intolerancia alimenticia tienen que pagar mucho más por adquirir algunos productos, septiembre puede hacerse aún más cuesta arriba.
Si te han diagnosticado celiaquía, intolerancia a la lactosa o alguna alergia que requiera comprar productos específicos no solo debes tener lupa en mano a la hora de leer todos las etiquetas de los productos del supermercado, sino que además, ya puedes ir preparando la cartera. Los productos ‘sin’ suelen tener un mayor coste porque su proceso de fabricación es mucho más dificultoso puesto que las materias primas tienen que estar libres de alérgenos y esto hace aumentar los costes de control, supervisión y producción en general.
Hoy te proponemos algunos consejos para poder ahorrar y a la vez llevar una dieta apta para intolerantes sin que tu bolsillo, ni por supuesto tu salud se vea afectada por ello.
PLANIFICAR NUESTRO MENÚ Y COMPRA
Si sabemos qué vamos a comer nos será más fácil hacer una lista de la compra adecuada y ajustada a nuestras necesidades sin pasarnos. Controlar la compra de más evitará que gastemos más de lo necesario.
COMPARA PRECIOS, SUPERMERCADOS Y TIENDAS
Tendremos que invertir algo de tiempo, pero si comparamos precios, a la larga, saldremos ganando. Cada ve hay más productos para intolerantes a la lactosa en los comercios, por ello las posibilidades de comparar y elegir el alimento que tenga mejor calidad precio nos hará ahorrar y consumir lo mejor para nosotros.
APROVECHA LAS OFERTAS Y LA COMPRA ONLINE
Cada vez hay más tiendas online que venden productos para intolerantes y alérgicos. Lo mejor es estar enterado de todas las ofertas y descuentos para poder ahorrarnos un pellizco.
CONSUMIR PRODUCTOS DE TEMPORADA
Elegir aquellos productos que son de temporada y de proximidad, además de ser una opción más saludable con nosotros mismos y con el medioambiente, siempre serán más económicos.
APUESTA POR LO HECHO EN CASA
Una buena forma de ahorrarnos dinero es optar por, primero comer más en casa y segundo, en vez de comprar determinados productos hacerlos nosotros mismos. Por ejemplo, podemos preparar bebidas vegetales caseras, como alternativa a la leche. Por ejemplo, podemos hacer una bebida vegetal a base de almendras siguiendo esta receta.
¿PLATOS PARA TODA LA FAMILIA?
Si en la familia hay alguien intolerante a la lactosa, no es necesario que todo el resto de miembros tenga que consumir productos sin lactosa si su precio es mucho más elevado. Se trata de adaptar únicamente el plato del alérgico o intolerante. De esta forma, ahorramos productos sin alérgenos y el resto de platos resultan más económicos.