Dieta sin gluten y sin lactosa

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¿Alguna vez te has preguntado por qué los intolerantes a la lactosa, en ocasiones, lo son también al gluten? Esto tiene un motivo: ¡afectan a una misma zona del intestino! Descubre qué relación existe entre ellas para saber cuándo sí y cuándo no debes optar por una dieta que excluya alimentos propios de ambas intolerancias.

¿Por qué se produce la intolerancia a la lactosa?

Para comprender bien la intolerancia a la lactosa, es importante primero saber por qué se produce.

El origen de la intolerancia a la lactosa surge cuándo no se tiene suficiente enzima (lactasa) en el intestino delgado para descomponer toda la lactosa que se consume tras ingerir algún alimento con este azúcar de la leche, como la leche, yogures o queso. Por lo que, aquella lactosa no descompuesta, pasa al intestino grueso, provocando molestias y síntomas como náuseas, diarrea, inflamación o dolor abdominal.

Intolerancia a la lactosa y gluten: ¡Una relación que comparte origen!

Entonces, ¿qué relación tiene la intolerancia a la lactosa con la del gluten?

La intolerancia al gluten es una enfermedad autoinmunitaria que provoca que el gluten, proteína presente en cereales como el trigo, cebada y derivados del intestino delgado, daña las vellosidades, encargadas de absorber los nutrientes, dificultando así sus funciones. De tal manera que, sus síntomas, son muy parecidos a la intolerancia a la lactosa como es el caso de diarreas, dolor de estómago o flatulencias.

Por eso mismo, su relación con la intolerancia a la lactosa comparte un mismo origen: ambas afectan a la misma zona del intestino, las vellosidades del intestino delgado. Razón por la cual, en ciertas ocasiones, los intolerantes a la lactosa lo son también al gluten, teniendo que optar por una dieta y alimentación libre de estos elementos. De hecho, ¿sabías que, con una dieta adecuada, en algunos casos de celiaquía, el estado de las vellosidades del intestino se recupera mejorando la producción de lactasa?

Dieta sin gluten y sin lactosa: cuándo sí y cuándo no

Habiendo observado la clara relación entre la intolerancia a la lactosa y la intolerancia al gluten, ésta deriva en una clara pregunta: ¿Cuándo es entonces recomendable seguir este tipo de dieta?

Lo será siempre que las personas padezcan ambas intolerancias y decantarse por una dieta sin gluten y sin lactosa les ayude a una mayor digestión de los alimentos, evitando así esos molestos síntomas de las mismas. En este caso, tal y como indica la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), el mejor tratamiento y solución no será otro que conocer con profundidad este tipo de dieta para realizarla de manera saludable y equilibrada y evitando carecer de algún macronutriente esencial para la salud y bienestar como el hierro, ácido fólico, calcio, vitamina D y vitamina B12.

Además, cabe decir que el consumo de alimentos que contienen gluten, que suelen tener un alto índice glucémico, se ha asociado a posibles procesos inflamatorios, por lo que es un motivo de más para suprimir este tipo de alimentos de tu dieta si eres intolerante al azúcar de la leche.

Ahora bien, si eres intolerante a la lactosa, pero no al gluten, ¿es aconsejable optar por una dieta que lo excluya?

Según los últimos estudios clínicos publicados como el estudio “¿Es suficiente una dieta sin gluten para mantener un estado correcto de micronutrientes en pacientes jóvenes con enfermedad celíaca?” (2020) publicado en National Library of Medicine, las personas que siguen este tipo de dieta pecan de hacerla poca variada y algo desequilibrada al eliminar estos productos básicos con gluten (como el pan, pasta o trigo), fuente de proteína, carbohidratos y algunas vitaminas y minerales, y no sustituirlo por alimentos sustitutivos que pueda cubrir esa posible deficiencia en fibra, vitamina D o calcio.

Por esa razón, en ocasiones, se intentan cubrir estas carencias con otros alimentos que son procesados y tienen una peor calidad nutricional al contener grasas hidrogenadas y azúcares simples de alto índice glucémico; poniendo en peligro el mantener una dieta mediterránea equilibrada y aumentando el riesgo de deficiencias nutricionales, sobre todo, en los grupos de población más vulnerables como niños o personas mayores.

Así mismo, si quieres profundizar más sobre ambas patologías, te recomendamos este artículo sobre la relación entre la intolerancia al gluten y a la lactosa, con el que podrás conocer con más detalle el vínculo existente entre las dos intolerancias para comprenderlas mejor.

Para acabar, en Nutira sabemos que a veces es complicado suprimir de tu dieta alimentos que tienen lactosa, pero, ¡no te preocupes! Porque nuestros complementos serán tus aliados para evitar aquellos síntomas derivados de la intolerancia a la lactosa.

  • Consume Nutira Masticable si tu grado de intolerancia es leve.
  • Ingiere Nutira Forte o Nutira Forte to go si tu grado de intolerancia es moderado-grave.

¿Ya sabes cómo vas a adaptar tu dieta según tu intolerancia? ¡Cuéntanoslo!