El papel de la enzima lactasa en la digestión de alimentos

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Aunque la llevas a cabo a diario… ¿sabes exactamente en qué consiste la digestión? Se trata de separar los nutrientes de los alimentos para que puedan pasar a la sangre. En este proceso, la enzima lactasa, entre otras muchas, tiene un papel fundamental. Te lo explicamos paso a paso para que entiendas mejor cómo funciona tu cuerpo.

¿Qué es exactamente la digestión de los alimentos?

La digestión es el proceso por el que transformas los alimentos que comes en pequeñas partículas que tu organismo asimila para poder cumplir con todas sus funciones. Y, aunque no son las únicas partículas que intervienen, las enzimas tienen un protagonismo destacado en todas sus fases, que empiezan en la boca.

La digestión de los alimentos se lleva a cabo a partir de la descomposición de los mismos a través de enzimas como la lactasa. 

Pero, entonces… ¿qué son las enzimas?

Son proteínas que se producen en los organismos vivos y que hacen posible que se lleven a cabo reacciones vitales para el cuerpo. Hay diferentes tipos: digestivas, metabólicas y dietéticas.

La falta de las digestivas afecta a la absorción de nutrientes. Por tanto, tener problemas con la enzima de la lactosa o con cualquier otra que intervenga en la digestión de los alimentos puede derivar en un déficit de nutrientes si no se toman las medidas adecuadas.

¿Cómo actúa esta enzima digestiva?

Cada enzima actúa sobre un solo tipo de alimento como una llave encaja en una cerradura. Además, cada tipo trabaja en unas condiciones muy concretas de acidez. Si no se dan estas condiciones, la enzima no puede actuar, las reacciones químicas de los procesos digestivos no se producen adecuadamente y los alimentos quedan parcialmente digeridos.

Entre las enzimas digestivas destacan las lipasas, encargadas de la digestión de grasas; las proteasas, que descomponen las proteínas y las amilasas, éstas últimas encargadas de que podamos digerir los hidratos de carbono.

¿Qué ocurre si las enzimas no hacen su trabajo?

Un proceso normal de digestión de los alimentos, gracias a la acción de las enzimas, da como resultado nutrientes elementales que asimilamos en el intestino y son aprovechados por el organismo. Pero cuando las enzimas no pueden actuar o su cantidad no es suficiente, los alimentos quedan a medio digerir.

La diferencia es que en lugar de obtener exclusivamente nutrientes elementales, como en el caso de una digestión normal, se producen, además, una gran variedad de productos tóxicos. Estos últimos pasan a la sangre, sobrecargando los sistemas de eliminación de tóxicos del organismo.

Como consecuencia, se producen procesos de fermentación de los alimentos que han quedado parcialmente digeridos. Por tanto, aparecen síntomas como flatulencia, fatiga, dolor abdominal, etc.

¿Por qué se puede producir el déficit de una enzima?

La deficiencia de determinadas enzimas puede deberse a ciertas enfermedades, al mismo proceso de envejecimiento o a afecciones digestivas que dañan al estómago o al intestino. 

Un ejemplo de este tipo de déficit es la carencia de enzima lactasa. Esta se encarga de degradar la lactosa para poder digerir el azúcar de la leche y asimilar sus nutrientes. 

Esta falta de la enzima lactasa es la que provoca intolerancia la lactosa. Las personas que sufren este déficit deben eliminar o disminuir la cantidad de alimentos que contengan lactosa.

La falta de determinadas enzimas (como la lactasa) derivan en problemas digestivos (como la intolerancia a la lactosa).

No obstante, también se puede optar por complementos de lactasa, como Nutira.  Incorporar la enzima de esta forma te ayudará a descomponer y digerir la lactosa de los alimentos, evitando así los efectos secundarios propios de la intolerancia.

Como ves, las enzimas como la lactosa tienen un papel fundamental en la digestión y en la asimilación de nutrientes. Comparte este artículo en tus redes sociales para que tus amigos con problemas digestivos conozcan también este proceso y puedan ponerle remedio. ¡Seguro que te lo agradecen!