Métodos de diagnóstico de la intolerancia a la lactosa

¿No sabes si eres o no intolerante al azúcar de la leche? Existen diferentes test y pruebas de la intolerancia a la lactosa. Según el caso, se pueden utilizar uno o varios de estos métodos para probar si realmente existe esta intolerancia e incluso conocer su grado.

Test del hidrógeno espirado o en el aliento

Este test es la técnica más utilizada para diagnosticar la intolerancia a la lactosa.

Consiste en medir la cantidad de hidrógeno que expulsamos al respirar antes y después de la ingesta de lactosa. En función de la cantidad que se observe se puede detectar la intolerancia y su grado.

Para ello se le proporciona al paciente una dosis de 50 gramos de lactosa disuelta en agua. Posteriormente, cada 15-30 minutos debe soplar en un aparato que mide la cantidad de hidrógeno presente en el aire. Normalmente, encontramos muy poco hidrógeno en la exhalación, pero las personas intolerantes a la lactosa tienen los niveles elevados.

Test sanguíneo

Con este test se mide la variación del valor de la glucosa en sangre tras la ingesta de lactosa.

Se realiza al paciente una extracción de sangre para conocer su nivel de glucosa. Después, se le suministra 50 gramos lactosa en una solución con agua y, a continuación, se toman de nuevo muestras de sangre pasados 30, 60, 90 y 120 minutos.

En caso de que no se incremente el nivel de glucosa en sangre se puede decir que existe intolerancia a la lactosa. Esto sucede por la ausencia de la acción de la lactasa (que dividiría la lactosa en glucosa y galactosa), que hace que no se produzca una absorción de la glucosa al torrente sanguíneo.

Prueba de la acidez fecal

Esta prueba de intolerancia a la lactosa se usa con bebés y niños pequeños.

Se trata de analizar la materia fecal para ver si contiene determinados ácidos que se forman cuando la lactosa no se digiere. La existencia de glucosa en las heces también sugiere problemas para digerir la lactosa, pues este azúcar debía absorberse y llegar al torrente sanguíneo.

Biopsia intestinal

En esta prueba se cogen las muestras de una biopsia del intestino delgado.

Las muestras se cogen a través de una endoscopia del tracto gastrointestinal. Estas muestras de tejido son enviadas al laboratorio para examinar la presencia o no de lactasa en la mucosa intestinal. En caso de que no haya o la cantidad sea escasa, se puede decir que existe intolerancia a la lactosa.

Lactest o test de gaxilosa en orina

El conocido como lactest consiste en una evaluación no invasiva de la actividad de la lactasa intestinal.

Para ello, se administran vía oral 4 galactosil-xilosa (4GX) en personas con sintomatología que podría indicar una intolerancia a la lactosa.

Tras esperar unas 5 horas, se analiza la cantidad de xilosa que queda acumulada en la orina del adulto (este examen no se lleva a cabo en niños). Los niveles bajos de xilosa en orina están relacionados con una baja actividad de la lactasa.

Quick test o test rápido en biopsia duodenal

Es una técnica que examina los cambios de color que se producen sobre una muestra obtenida.

Se examina mediante biopsia duodenal y que se incuba con lactosa durante 20 minutos. En situaciones en las que la cantidad de lactasa en el intestino es normal, la muestra cambiará de color, mientras que en aquellos pacientes que presenten intolerancia a la lactosa el cambio de tonalidad no tendrá lugar.

Test genético

Consiste en extraer el ADN de una muestra de sangre o saliva del paciente

Diferentes estudios establecen que la actividad de la lactasa está asociada a la presencia de dos anomalías localizadas en el gen MCM6. En consecuencia, este test de intolerancia a la lactosa consiste en extraer el ADN de una muestra de sangre o saliva del paciente para analizar la presencia o no de estas anomalías.